Por todas las denuncias administrativas que acumula el proyecto habría que poner esta cuestión en duda. La lista es digna de atención: denuncia por vertidos de lixiviados al cauce del arroyo de Can Masdeu, denuncias y sanciones del Ayuntamiento de Barcelona y la Fiscalía de Medio Ambiente por construcción ilegal en el Parque Natural de Collserola, intervenciones del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona por vertidos de aguas grises y desechos fecales a las zonas limítrofes de la finca, sanciones del Consorcio del Parque Natural por realizar raves multitudinarias, o los 23 años de fraude energético sin haber invertido ni un solo euro en sistemas de energía renovables.
Tampoco parece que Can Masdeu sea animalista: un lugar donde las tórtolas son cazadas con escopeta de perdigones desde la cama o donde los jabalíes son asesinados con métodos que provocan dolor y sufrimiento animal como la muerte por asfixia.
Además, la expulsión velada de todas las mujeres del proyecto en 2021, acusadas falsamente de querer cerrar el centro social y menospreciadas por su activismo feminista, podría poner en tela de juicio si Can Masdeu es realmente un espacio “ecosocial”.
Hasta que los hombres interpelados no abandonen Can Masdeu, se seguirán reproduciendo las mismas dinámicas de poder y dominación, y el proyecto seguirá bajo sospecha. Mientras, Can Masdeu es y será un lugar que sigue albergando y blanqueando a acosadores.
(ex-habitante)
En abril de 2024 Can Masdeu participa en una iniciativa con colectivos y asociaciones de Nou Barris para exigir a la sede de distrito la gestión de los vertederos de escombros ilegales que se encuentran diseminados por el parque natural de Collserola. Poco después, la administración informa a Can Masdeu del hallazgo de un vertedero irregular en su finca y solicitan que se hagan cargo de la recogida y gestión de la uralita que han lanzado ellos mismos al lado del cauce de la riera de Can Medir. Vecinas y miembros de los huertos comunitarios avisan de que la nueva asamblea de Can Masdeu está escondiendo la montaña de residuos cubriéndola con varias toneladas de tierra que han comprado. ¿Adquirieron dicha tierra con el dinero recaudado en la campaña de crowdfunding "La terra per qui la regenera"? ¡Basta de hipocresía y de lanzar residuos en espacios naturales!.
Vertedero de fibrocemento de Can Masdeu, en el margen de una riera, antes y después de esconderlo. Imágenes cedidas por vecinas y miembros de huertos comunitarios